El efecto en el bolsillo de los mexicanos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

Estados Unidos impuso aranceles a miles de productos manufacturados en China y este país devolvió el favor con la misma receta; esto para la mayoría de los mexicanos parece algo lejano, que nada tiene que ver con su día a día... pues no es así. Pensemos en un edificio de departamentos donde dos vecinos en pisos diferentes se pelean: pasan de los gritos e insultos a rayar el coche del otro, poncharse las llantas y otras majaderías; esto, aunque los demás vecinos piensen que no es su pleito, llega un punto en que si se vuelven parte de el, desde que los comprometen para tomar partido de un lado u otro (con el enojo de la otra parte), las molestias provocadas por escuchar gritos y groserías, hasta la devaluación de la propiedad por los actos vandálicos entre ellos.

Si creemos que el pleito entre Estados Unidos y China no nos toca, piense otra vez... desde hace un año ambos países pasaron de los gritos a los insultos y poco falta para que se rayen el coche. Nosotros, como vecinos, Estados Unidos nos ha obligado a tomar partido, y México tiene el proverbial trabajo del "cuetero"... eso no puede salir bien.

Si todos los movimientos económicos de la 4T no han podido devaluar al peso, la guerra comercial si puede y eso, aunque hace más atractiva la inversion en México, al mexicano le pega porque se encarecen muchas cosas en el país: electrodomésticos, electrónicos, ropa, calzado, automóviles, refacciones, confituras, entre otros. Los usuarios de teléfonos celulares (90% de los mexicanos) verán ajustes en el costo de los aparatos (por tipo de cambio y porque llevan componentes chinos) y los que usan marcas como Huawei se verán obligados a cambiar de teléfono porque no habrá actualizaciones de aplicaciones o sistema operativo; los usuarios de telefonía fija también verán incrementos en su tarifa ante el aumento de costo del equipo que usan las compañías para dar servicio (módems, fibra óptica, etc.) por el precio del dólar.

La confección de ropa y la manufactura de calzado también resienten el golpe, porque utilizan insumos chinos, que al ser parte de bienes exportados a Estados Unidos deberán cubrir una parte proporcional del arancel, lo que encarece el producto final. Muchas pieles con las que se hacen zapatos, chamarras y bolsas vienen de Estados Unidos y su precio cambia diariamente, por lo que este insumo se encarece con el alza del dólar y a la vez hace que el precio de los artículos suba.

La guerra comercial, sumada a la emergencia sanitaria de Covid-19, ha hecho que se envie menos mercancía entre China y los Estados Unidos, lo que ha incrementado el costo de los fletes marítimos de forma exorbitante (mayores costo de operación por navío, menos navíos disponibles y menos carga de regreso a China), lo que afecta el costo final de todos los bienes, sean de consumo, intermedios o de capital. La opción que las compañías navieras tomaron de operar menos barcos en las rutas del Pacífico, para que vayan más cargados, ha llevado a mayores tiempos de entrega, lo que ha puesto en riesgo a las cadenas de suministro globales, cambiando además su ritmo de trabajo e incrementando sus costos.

Finalmente, el encarecimiento de muchos artículos en Estados Unidos por los aranceles puede traer riesgos financieros para empresas que operan también en México, lo que puede traer recortes de personal y más cierres, algo que en una economía estancada como la que tenemos actualmente no sería bueno.

Jesús Jara Rodríguez

jesusjara@vitrade.com.mx

05/12/2020